En aquellos tiempos, esa casa tenía algo de misteriosa. Si conseguíamos entrar sólo nos quedábamos en la parte de abajo. Para nosostros era inmensa. De niño se ve todo bajo otro prisma, bajo otras magnitudes.
El suelo, creo recordar. era de canto rodado. A la derecha habían unos armarios, o unos muebles, que me imagino eran de alguna mudanza del primer piso, donde no sé si vivía nadie. En el segundo piso vivían los músicos González, a los que he hecho mención en otra entrada. Esos muebles nos servían de escondite para nuestros juegos.
Ahora está restaurada y tiene otro aspecto, tanto en sus accesos como en la fachada izquierda.
A continuación pongo un poco de información recogida por ahí.
Es una casa
de planta cuadrangular con tejado a cuatro aguas, realizada toda ella en
mampostería a excepción de los esquinales y huecos que son de sillería. Los
huecos del resto de las fachadas se reparten sin orden alguno. El remate de la
casa es mediante un alero con doble juego de canes.
El linaje de
los Loiola proviene del tronco de la casa de los Parientes Mayores de Azpeitia,
rama que se estableció en el siglo XIV en Soraluze - Placencia por un hijo de Juan
Perez de Loiola y Doña Inés.
Gaspar
Martínez de Loiola fue alcalde
ordinario de Bergara en 1619 y 1645 y Síndico Procurador General de la Villa en
1638. Obtuvo la licenciatura en derecho en la universidad de Oñati. Sus hijas, Josefa
Angela y Francisca Ignacia se casaron con Antonio Unceta, del
mayorazgo de Unceta, y con Juan de Andicano y Lopez de Celaa, primer
conde de Monterron, respectivamente.
En esta foto la podemos ver tal como la conocí.
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